Pequeños y medianos productores del país se han beneficiado con más de1,5 millones de dólares en subvenciones, así lo informó el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGP) , esto como parte del seguro agrícola que protege sus cultivos frente a eventos climáticos, plagas y enfermedades. Esta medida representa un alivio directo para miles de familias campesinas y un impulso a la soberanía alimentaria de Ecuador.
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La iniciativa forma parte del Proyecto CampoSeguro, que otorga hasta el 60% de subvención en la póliza de seguro agrícola. Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025 se han aprobado 29.910 pólizas, asegurando más de 45 mil hectáreas de cultivos. Este respaldo ha permitido que los agricultores reduzcan riesgos financieros, recuperen parte de sus inversiones en caso de siniestros y mantengan la producción de alimentos que abastecen el mercado nacional.
“Cuando el productor sabe que está protegido, toma decisiones más seguras para invertir en su finca, innovar y mejorar su rendimiento”, destacó el MAGP. Además de la indemnización económica, el seguro incluye acompañamiento técnico gratuito, lo que fomenta mejores prácticas agrícolas y sostenibilidad en el largo plazo.
El beneficio llega a una amplia gama de cultivos, desde los de ciclo corto como arroz, maíz, papa y tomate, hasta perennes como cacao, café, plátano y pitahaya, e incluso a especies forestales de interés comercial. De esta manera, se brinda cobertura frente a sequías, inundaciones, granizadas, vientos fuertes, enfermedades y plagas incontrolables, entre otros eventos.
Para acceder, los agricultores deben estar inscritos en el Registro Nacional Agropecuario, contar con al menos una hectárea sembrada, llenar la solicitud de aseguramiento y realizar el copago según el cultivo. La gestión puede hacerse a través de los técnicos de CampoSeguro en territorio o mediante créditos productivos de BanEcuador.
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El seguro agrícola se ha convertido en una herramienta clave para fortalecer la resiliencia del sector, especialmente en un contexto de variabilidad climática. Al proteger la producción, se protege también el ingreso de las familias rurales, se dinamiza la economía de las comunidades y se asegura el abastecimiento de alimentos para todos los ecuatorianos.
Con este tipo de programas, el Gobierno apuesta por un campo más competitivo, menos vulnerable y con mayor capacidad de enfrentar los desafíos del cambio climático, contribuyendo a que la agricultura siga siendo motor de desarrollo para el país.